Àngel de la Guarda,
dolça companyia,
no em deixis mai,
ni de nit ni de dia...
Es lo que hay, quieras o no tienes un ángel de la guarda. Está ahí, a menudo te mira con benevolencia, sonriendo y apreciando que existas. Gracias a que eres, gracias a que existes, él puede llevar a cabo su más preciado deseo: ayudarte en tu camino. Así que, ya que está dispuesto, aprovecha y háblale: dile en qué te gustaría que te ayudase, cuáles son tus objetivos, tus anhelos, o simplemente, qué te pasa ahora por la cabeza.
Los ángeles pueden ayudarnos, de hecho siempre lo están haciendo, pero cuando no les pedimos específicamente aquéllo que deseamos, ellos respetan nuestra decisión, y, como no se lo hemos pedido claramente, creen que no queremos que nos ayuden. Ellos respetan ante todo nuestro libre albedrío.
Pero si nos acostumbramos a expresar nuestras necesidades en voz alta (o en voz baja, pero que sea ligeramente audible), ellos sabrán que les dirigimos nuestra petición y... recibiremos una señal que nos confirmará que nos están ayudando, que están ahí y que nunca, nunca, estamos solos.
Aprendamos a escucharlos, a veces se nos muestran como señal externa, y a veces como una intuición...
Gracias Ángel. ¡Gracias por tu ayuda y acompañamiento en el Camino!
L&L
¡Gracias Ángel! Por no darme las respuestas que esperaba.
ResponderEliminar¿Quién esperaba respuestas?