Desapariciones

A veces uno desaparece. Sí. A veces uno se va con su alma, con la música a otra parte, para dejar que su espíritu se enriquezca de su silencio, de la nada: que aposente todo cuanto aprendió de un tiempo a esta parte.

Y eso me pasó. Desaparecí, me alejé, para acercarme más a mi, y a mi ser. Pertenecerse a uno mismo es el único apego permisible en esta Nuestra Tierra, pues cualquier otro tipo de apego (apego a algo material, apego al dinero, apego a nuestra mascota, apego a algún/a amigo/a o ser querido) nos lleva a un desajuste emocional que puede crecer como un tumor, de forma silenciosa, y se vuelve nocivo e imparable cuando empieza a manifestarse. Así que ya que me pertenezco, vuelvo a mí (almenos en esta vida), me doy la bienvenida de nuevo, y me estudio, me observo, y veo cómo soy, cómo me siento... Y observo mis cambios, mi crecimiento.

Esta manera de irse uno con su alma es buena, o almenos eso opino yo. Otra desaparición no tan buena se da cuando el alma decide desaparecer ella sola, por ella misma, y huye momentáneamente del cuerpo en el que se alojaba. Esto lo hace a veces cuando se le hace insoportable seguir en el lugar y de la manera en que estaba. Otra razón por la que se marcha es el ser llamada por otra fuerza mayor, y el cuerpo lo percibe como una alienación, un paréntesis. En ambos casos en los que el alma se marcha sola olvidando al envoltorio, este envoltorio se queda solo, con su ego y nada más. Es una experiencia espeluznante y todo aquél que la sufre, experimenta un gran alivio cuando se reúne con su alma, y una sensación de haberse perdido algo durante el tiempo que estuvo sin su alma.

Eso pasa, así que cuida a tu alma. Una manera de cuidarla es escucharte más, dejarte sentir, y hacerte caso en aquéllo que sientas que quieres hacer. Y las intuiciones, esos mensajes, son gritos de comunicación entre tú y tu alma. Cálmate: si "sientes" esos dialogos estás bien, estás con tu alma. Y si no percibes diálogos dicotómicos porque ya estás de acuerdo con tu alma y la cuidas, pues felicidades, y sigue cuidándola.

Hay quien dice que para escucharte, para sentir que estás de acuerdo con tu alma, una manera muy fácil que tienes es sentarte, mirar una foto de cuando eras una personita de 3 o 4 años, y preguntarle a esa persona si está contenta. Que te conteste. Si lo está, aprovecha y sigue dialogando con ella, lo haces bien. Si no está contenta, pregúntale qué es lo que le gustaría hacer, y hazle caso: haz lo posible para satisfacerla... Y se irá logrando la comunión.

Os he echado de menos.

Con amor,

L.