Durante las vacaciones muchos encontramos momentos de descanso. Hay quien prefiere unas vacaciones activas. Otros las prefieren mixtas. Dentro de las mixtas hay tiempo para no hacer nada: pasear, leer esos libros que dejaste en un cajón, mirar por la ventana sin mirar el reloj, pararse a ver las olas del mar cómo van y vienen, sin más. Este descanso, que se nos hace eterno cuando tomamos consciencia de él, lo podemos llevar a nuestro día a día. Sí. Fíjate: cuando te dispongas a pasear o a mirar las olas del mar, o a mirar por el balcón, mira tu reloj y apunta mentalmente la hora. Cuando sientas ese alivio de "uau, estoy descansando...!", vuelve a mirar el reloj. Puedes seguir descansando (debes), pero en ese momento verás que no han pasado más de 5 o 10 minutos desde que miraste el reloj por primera vez. Por eso te digo que esto lo puedes llevar a tu día a día: cinco o diez minutos los puedes sacar para tí y mirar un paisaje o tu libro favorito. Aprovecha el momento de ir a comprar, o el momento de haber aparcado el coche, antes de entrar a casa, o justo cuando llegas a casa. Si cada día te tomas estos cinco minutos de observación, tu mente y tu alma se irán poniendo de acuerdo.
Bueno, disfruta de las vacaciones!Namasté!LluM
¡Buenas vacaciones para tí también!
ResponderEliminarUn abrazo.