En la existencia no hay nadie que sea superior y nadie que sea inferior. La hoja de brizna y la gran estrella son absolutamente iguales... Pero el hombre quiere ser más que otros, quiere conquistar la naturaleza, de ahí que tenga que luchar constantemente. Toda la complejidad surge de esta lucha. La persona inocente es aquella que ha renunciado a luchar, a la que no le interesa ser más superior, a la que ya no le interesa actuar, probar que es alguien especial, la que se ha vuelto como una rosa o como una gota de rocío sobre la hoja de loto, la que se ha vuelto parte de este infinito, la que se ha fundido, se ha disuelto y se ha convertido en uno con el océano y no es más que una ola, la cual no tiene idea del "yo".
En esta imagen, de las hojas de loto, temprano en la mañana, podemos ver en la ondulación del agua que una gota acaba de caer. Es un momento precioso y está lleno de sutilidad. En el entregarse a la gravedad y en el escurrirse de la hoja, la gota pierde su identidad previa y se une a la inmensidad del agua que está abajo. Podemos imaginar que debe haber temblado antes de caer, precisamente en el límite entre lo conocido y lo incognoscible. Al elegir esta carta hay un reconocimiento de que algo ha terminado, algo está concluyendo, sea lo que sea: un trabajo, una relación, un hogar que has amado, algo que te haya podido ayudar a definir quién eres. Es el momento de soltarlo, permitiendo la tristeza pero sin tratar de agarrarlo. Algo más grande te está esperando, hay nuevas dimensiones para descubrir. Has pasado el punto de no retorno ahora y la gravedad está haciendo su trabajo: acompáñala, representa la liberación.