Aunque tengas 35 años, quizás fuiste un niño o niña índigo

En caso de niños hiperactivos, la misma frecuencia de luz descoloca a los padres.. Incluso en situaciones extremas, esta energía trasnforma toda acción en cambios. Por eso en estructuras sociales y familiares, tales niños son considerados como seres fuera de control. Viéndolo desde otra óptica que no sea social ni familiar, cada esencia índigo cambia patrones cristalizados del medio, rompiedo estructuras preestablecidas o cualquier impedimento que no permita que esta energía circule sin nada que esté bloqueándola. El niño, con su energía personal y, por supuesto, de forma no racional, comienza a replantear en su entorno códigos porpios de luz, que sus padres no pueden descifrar, no permitiendo discernir qué deben hacer. Ante esta situación, los responsabes de un Niño Indigo deben conectarse con el ser que tienen al lado y establecer un diálogo abierto, no esquivando la responsabilidad con: "estoy ocupado", "no puedo", "mi hijo es demasiado pequeño para razonar con él", "más tarde", "dialogar con mi hijo sobre su educación? donde se ha visto eso? es una locura", etc. Esta desestabilidad en el clan familiar produce un desorden de conducta, tomando sus propias reglas que son claras, sin ninguna estructura de por medio.

Estos niños, son en esencia maestros que instruirán a sus padres, si ellos son capaces de ser humildes, abiertos y comunicativos, pero sobre todo estos niños son guardianes del orden, muy humanos en sus decisiones. No tolerarán el engaño, ya que el rayo de la verdad absoluta viene incorporado en ellos. Sólo si en un núcleo familiar esta acción de mentir es moneda corriente, será activado este patrón, descolocándolo de su sabiduría interior.
Cada patrón negativo que se intensifique en etapas del crecimiento o formación de su entorno emotivo produce modificaciones en sus ritmos terrestres, provocando en él cambios que lo desencajarán de ese orden cósmico. (Es importante permanecer abiertos para comprender, que estos niños y cualquiera están en contacto directo con sus cuerpos mucho más que los adultos, porque precisamente se relacionan con el mundo a través de él. Por eso no es conveniente obligar a un pequeño a hacer cosas que no desea. Los niños, sienten sus cuerpos, sus ritmos interiores, no hay que darle de comer, solo porque sea la hora que hemos estabecido para eso... Hay que alimentarlo cuando el niño tenga hambre. Si no se le estará en señando a desconectarse de su cuerpo y de su ritmo interior, que son de las mejores herramientas con las que se puede contar para afrontar la vida. Lo mismo con los ciclo de sueños etc, etc.

El error está en suponer que los niños son inconscientes.. ninguno lo es y mucho menos un índigo o un cristal, que normalmente con cinco años ya es más abierto, mas inteligente y sensitivo que sus padres. Otra cosa es que el entorno, permita que el niño exprese estas cualidades, pero estar conectados sí que están. En cada caso de niño Indigo -ya que cada niño sea índigo o no, es un maravilloso y único ser humano con un gran potencial por desarrollar y debe ser educado en fortaecimiento y maduración de sociabilidad, amor, humanidad, respeto de su propia evolución- cada uno es un ser individual que recibe un estímulo que le será propio, induciéndolo a un camino de evolución en su misión específica. En el nivel de videncia, he podido comprobar que en estos chicos, a la atura del esternón, existe una glándula, como una naranja de grande, que está desarrollada. Energéticamente, tiene a forma de un cristal tetraédrico con facetas y su color es de un blanco iridiscente a un dorado muy fuerte. En muchos adultos, esta gándua se encuentra boqueada y, al atrofiarse, se va quedando inactiva, sin luz ni brillo, como una mariposa plegada e inerte. Es una glándula muy relacionada con el sistema inmune. La energía índigo que emana de una familia que propicia el cambio, activa la liberación del karma. De ahí las mútiples fricciones que los padres tienen con estos niños. Estos seres, elevan la vibración y, al conectar esa energía en el ámbito familiar, comienza una depuración de patrones negativos. La fricción suele activarse en niveles muy bajos de consciencia donde tienen que trascender muchas situaciones a la vez, recreando el conflicto, ofreciendo la posibilidad de que pueda ser sanado, depurado y trasnmutado, ya que estos niños, son trasmutadores naturales.

Texto escrito por Mario Sanchez, canalizador y sanador. Extraido del libro "Niños indigos y cristal, preguntas y respuestas" ed Kier. escrito junto con Nina Llinares y Oswado Rocha.


Enviado por Laura. Gracias!!!