Desde el fondo de mi ser emana una alegría que supera cualquier emoción. El reencuentro con Dios desde que nacemos simpre es un gran evento. Y una vez lo reconoces, es como volver a casa. A partir de entonces los árboles son aquellos árboles que echabas de menos, el aire es tan fresco como aquél que anhelabas, y el cielo es tan azul como el que recordabas. Por fin en casa...otra vez. Y todo sucede porque tiene que suceder. La belleza de cada momento supera la anterior, porque lo pasado no importa y el futuro no existe, Dios está y es aquí y ahora....En todo, en el interior y en el exterior de mi alma, compartiendo sabiduría con las mentes abiertas, y sorprendiendo a los inocentes de espíritu con regalos espectaculares...Imágenes, vivencias, sensaciones que las almas tenían en lista de espera, y que a partir de un momento, como quien acciona un resorte, se suceden generosas una tras de otra creando la vida que hemos venido a experimentar. Y se da cada minuto tal y como tenía que ser. Y las almas despiertas sonrien y agradecen compartiendo el amor con cada ser que contactan. Y el amor crece. Y el amor se inmiscuye en almas soñolientas que bostezan y despiertan. Y Dios reaparece en el interior de cada ser.
AMIGOS: Cada ser que reluce tras esta lectura es un ser leyente,
cada ser leyente convierte sensaciones en palabras,
palabras que irán a otro ser
que despertará su cielo en la Tierra
y su sonrisa contagiará a las almas próximas
y en un sinfín de gestos, ser a ser,
llegaremos cogidos todos de la mano
con amor y alegría,
a nuestro destino, creciendo a la vez
para un aquí y un ahora eternos,
por los siglos de los siglos,
ser, vivir, esta vida, como ES. No hay más misterio que vivir la vida. Vivirla, pisando bien a cada paso, sin pasarla por encima de puntillas.
OM NAMO BHAGAVATE VASUDEVAYA!
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